miércoles, 13 de junio de 2012


Creando nuestro criterio de formulación para una  Filosofía de la Educación.
Preparando el encuentro de filosofía de la educación, pensaba en buscar para mis participantes la mejor forma de explicar los criterios de  formulación de una filosofía de la educación. De repente vino a mi mente la  idea de hacer una comparación de algo tan cotidiano y cercano como es el ir a hacer compras a un  supermercado. A la hora de escoger un producto como por ejemplo jabón para lavar, al acercarse a los anaqueles se observa una gran variedad, un abanico de diversos colores y tamaños comienza a desfilar en los anaqueles, con o sín ofertas, con muchas promociones que el mercado te ofrece. Parece mentira que de un sólo producto se encuentre tanta diversidad. Es cuando surge la gran interrogante que ese instante colma nuestra propia existencia ¿Cuál de estos productos me llevo?  nuestra mente empieza a dar vueltas y asumir ciertas posturas para escoger el mejor jabón que se adapte a nuestras necesidades. comenzamos a descartar productos al pensar cual es el que mejor huele, surge el criterio de felicidad, pero también el más barato, aparece el criterio de economía, además el producto que deje mejor la ropa, se comienza a pensar en el criterio de calidad. ¡Ah! no puede dejar de pensar en el que tenga los químicos que no hagan daño al cuerpo a la hora de ponerse la ropa, se destaca el criterio de salud. Todos estos criterios van dando paso para escoger el producto al que más se acerca a lo queremos.

 Así, para responder la gran interrogante de la educación debemos tomar en cuenta una serie de criterios  y tener claro cuál es la intensión del proceso de enseñanza-aprendizaje, preguntarse el concepto antropológico  o el concepto de hombre, pasando por las distintas corrientes filosofícas de todos los tiempos. Definiendo además el concepto de sociedad a la cual estamos llevando a nuestros participantes, teniendo claro el criterio pedagógico y psicológico que se establecen en el aula de clase, generando en el docente un proceso de reflexión y revisión de su propia vocación, para así, poder renovarse y hallar los fundamentos que definen tan noble profesión. Lo único que debemos tener presente es  que el producto que se genera del proceso de la enseñanza-aprendizaje no es un simple artículo comprado en el supermercado, sino un ser humano, con sus propios pensamientos y aspiraciones, pero con la certeza de poder dar lo mejor de sí, sabiendo que ha pasado por las manos de un docente que logró en él crear la voluntad de transformar sus sueños y anhelos en realidades tangibles.

Control de lectura   Actividad   Responder en una cuartilla  la siguiente interrogante ¿ Por qué es necesario conocer y tener claro l...